La Espada de Cristal (La Reina Roja #2) – Victoria Aveyard

• Editorial Gran Travesía
• Publicado en 2016
• Género: fantasía / distopía
• Saga «La Reina Roja»: La Reina Roja (reseña aquí) / La Espada de Cristal / La Jaula del Rey / Corona Cruel (precuela)
• 552 páginas

La electrizante continuación de La reina Roja intensifica la guerra entre el ejército rebelde y el mundo dividido por el color de la sangre que los Rojos siempre han conocido, pero esa pugna moral empuja a Mare hacia la oscuridad que crece en su alma.

La sangre de Mare Barrow es roja (el color de la gente común), pero sus habilidades son plateadas. La corona dice que es un milagro, una imposibilidad. Sin embargo, Mare sabe que hay otros como ella, Rojos con capacidades similares a las de los Plateados, y comienza a buscarlos y reclutarlos para unirse en la lucha contra el príncipe que la traicionó. Poco a poco, Mare se encontrará en una encrucijada mortal en la cual corre el riesgo de convertirse exactamente en la clase de monstruo que quiere vencer.

¿Claudicará ante el peso de la muerte que implica la rebelión, o las continuas traiciones habrán endurecido su corazón para siempre?

En esta segunda parte Mare ya tiene claro lo que es y que hay más ciudadanos como ella, que hay que encontrar y salvar de las manos de la otra persona que conoce la lista de «nuevas sangres», Maven, nuevo rey de Norta, coronado tras el asesinato de su padre por él mismo y su madre, una mujer malvada, ambiciosa y muy poderosa, capaz de manipular las mentes más fuertes.

A lo largo del libro veremos casi exclusivamente como Mare y sus aliados, entre los que sigue estando Kilorn, su amigo de la infancia, Shade, su hermano que creía perdido, y Farley, la capitana de la Guardia Escarlata, buscan a estos personas de sangre roja y poderes plateados. Pero a medida que los va encontrando, Maven lo va a haciendo también y acabando con ellos, provocando en Mare una evolución y haciéndose necesario no solo salvarlos sino también entrenarlos y usarlos para crear un nuevo ejército que se enfrente al nuevo rey.

Esto tendrá a Mare en una encrucijada emocional ya que sabe o cree que es su deber liderar este ejército pero cada muerte le deja una marca y no puede evitar sentirse responsable de las bajas de su bando, sobre todo porque esta mutación no entiende ni de edades ni de géneros. A esto contribuirá no solo el maltrato psicológico que le provoca Maven en la distancia, sino también su hermano Cal, nacido y criado para ser el rey y defender los principios plateados pero ahora al lado de los que los hacen peligrar. Cal se negará a seguir a Mare y sus instrucciones con los ojos cerrados y le cuestionará sus decisiones, haciendo que ella misma lo haga también.

«Supongo que también debería acostumbrarme a estar sola. No en el mundo, sino aquí, en mi corazón.»

Esta pelea interna de Mare es una de las cosas que menos me han gustado de esta segunda parte de la La Reina Roja, ya que ella no se lo cuestiona desde la fortaleza y la compasión, sino que pasa de ser arrogante y declararse ante sí misma y ante los demás como la única salvadora a ponerse el disfraz de víctima que no tiene más remedio que poner en riesgo su vida y la de sus seres queridos. Por ello, lo que me encantó de ella en el primer libro, en este lo ha perdido para convertirse en una heroína con cierto punto prepotente y a la que le puede la inseguiridad. En cambio, Cal ha salido beneficiado, capaz de entender la necesidad de un nueva organización social luchará por conseguirla sin traicionar a sus principios, salvando tanto a rojos, como a plateados como a personas nueva sangre.

«- Además, un sermón necesita un escucha. Y es un hecho que tú ya no me oyes.»

Kilorn no ha evolucionado mucho, sigue siendo el acompañante/perrito fiel de Mare, aunque a veces la cuestione siempre vuelve con la cabeza agachada, dándome la impresión de que su lucha no es la salvación de los rojos, sino el corazón de Maven. Prefiero la coherencia de Cal aunque a veces no me gusten sus decisiones, al igual que Farley, leal a las creencias que originaron la Guardia Escarlata.

Dos personajes que quedan en un segundo o tercer plano son precisamente Maven y su madre, algo que no entiendo, ya que parte de la fuerza y de lo que nos gustó a muchos de la primera parte era precisamente la reina. Estaba deseando conocerla más, más luchas de poder con Mare, no tanto físicas como estratégicas, pero no ha sido así.

Además de la decepción con algunos personajes, la trama se basa básicamente en la búsqueda a lo largo y ancho del reino de los nueva sangre mientras se enfrentan a los plateados que deben impedírselo. Estos van engrosando la lista tanto de nombres como de nuevas habilidades y es fácil que en algún punto nos despistemos y no sepamos quién es quién. Solo al final hay una variación que hace que no puedas soltar el libro, que te emociones y te adentres de verdad en la historia.

A pesar de estos puntos negativos, al igual que su primera parte, La Espada de Cristal, es entretenida y con buen ritmo así que yo la considero una novela de transición de la saga. que nos permite conocer más a algunos de sus personajes y al reino y en el que se organiza el único ejército rebelde capaz de enfrentarse al orden establecido. Espero que en posteriores partes haya más intercambios entre los personajes principales de ambos bandos y no todo se reduzca a peleas físicas y de poderes.

Mi valoración: